"Se ha producido un error al
introducir su destino" espetó con voz impasible la diminuta mujer que habitaba en el interior de aquél chisme.
Hubiese sido bonito seguir escribiendo eternamente sobre nuestros
“quiero y no puedo”. Sobre los lunares que se te escapan de entre los dedos y
los suspiros que se atrincheran en tu oreja izquierda. Hubiese sido bonito
seguir viviendo en una cuerda que no ata, en un final que no acaba o en esa respuesta
a la que nadie preguntó.
Hubiese sido bonito seguir escribiendo sobre el error que
aún no se cometió, el beso aquél que huyó antes de conocernos; la vida de
nosotros dos en un mundo paralelo, en un mundo inventado, en un sistema mejor.
Me hubiese gustado seguir viviendo, al menos, un par de eternidades más en el
doble fondo de tu chaqueta, en la suela de tus zapatos o en la propia huella de
tus pasos. En esa maleta que cojea, en la tercera vuelta de fular, en la sopa de
tu madre o en la cuenta atrás de alguna que otra sorpresa.
Hubiese sido bonito.
Bonito o aterrador, una de dos.
Dicen que hay eternidades que se quedan cortas. Otras, en
cambio, parece que fueran a durar toda una vida y es entonces cuando me empeño
en marcar mi cuerpo y demostrarme que nunca llegaste a ser para siempre. -A pesar
de que estábamos a tan sólo una manzana de la inmortalidad.-