Sé que existes.
Que sin rodeos te acercas a su oreja y colgando un susurro
de su lóbulo le decoras la comisura y le rompes por dentro.
Sé que vas de unas manos que no son las mías. Sin
encontrarme. Perdida. Paseando por Madrid mientras todas las calles te parecen
las mismas. Sé que te encantan los ascensores, a pesar de tu caprichosa claustrofobia,
simplemente por el morbo que te produce imaginarte encima de cualquiera que se
atreva a enjaularse contigo en unos segundos sin escapatoria. Que si al fin se decide entre
su orgullo y tus labios tendrías en cuenta su arrojo para luego no ser tan dura
con su error. Que le arrancarías la piel y luego te descompondrías para no dejar
huellas. Que te quemarías y le arderías en cada quejido. Que al abrirse las
puertas no volverían a verse sueños sin dueño en ese portal.
Sé que existes. Quizás no escondida en esa multitud, ni tras
esa fila de personas, o animales con raciocinio, a la espera de un destello
verde que les haga reanudar sus pasos. Sé que existes. Quizás no en esta calle,
ni en esta vida. Quizás en la de otro que no es la mía. Quizás aún estés por
venir, quizás ya te hayas marchado...
Sea como sea que seas sé que te encanta viajar, descifrar
lunares y escuchar la poesía que recitan los ojos de aquellos sin prisas.
También estoy al tanto de las noches en las que te columpias
bocabajo, colgando de los brazos de tu luna. Confiando en sus manos, temiendo
de las tuyas.
Sé que huyes de todo lo que son pero que también te refugias
de todo lo que fuiste. Que si te dieran a elegir vivirías entre las hojas que
dan color a esas calles sólo para abrazar sus pasos y ser nómada de ilusiones.
^_^
ResponderEliminarVa mejor. Si vienes el jueves a la tertulia, te señalo un par de cosillas personalmente, que por aquí queda feo. ;)