Tengo el corazón embotado de un dolor que ya no es mío.
Unas cuerdas que gritan un desgarro continuo que ya no sufro.
La culpa de no ser quien querían que fuese.
Las lágrimas de una niña que ya no me conoce.
Tengo un gato que me invento. Un perro que lo persigue y del que yo
siempre nos salvo.
Tengo un cuenco de leche en el suelo que siempre vuelco cuando vuelvo
sobre mis pasos. Y entonces ellos se despiertan asustados, cargan el atrapa
sueños y entran en mi cuarto. Yo me hago la dormida, así todo está bien, me
digo. Así todo es más fácil, me calmo.
Entonces él se acerca y calla mis labios.
-Tranquila pequeña, será nuestro secreto- me dice despacio.
Tengo el corazón embotado de un dolor que una vez fue mío.
Unas cuerdas que gritan un desgarro continuo que a veces sangra.
La culpa de no ser quien debería haber sido.
Las lágrimas de una niña que me abraza callada.
Es un escrito de mucha calidad pero muy desgarrador. Espero que no esté basado en vivencias personales y sea solo literatura. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarEstoy contigo
EliminarEs costoso no sentirse culpable de haber tomado ciertas decisiones pero vivir también conlleva equivocarse. Incluso a veces lo que creemos una equivocación con el paso del tiempo se demuestra un acierto...
ResponderEliminarAbrazos.
Precioso!
ResponderEliminarEs increible, cada texto tuyo que leo me engancha y me emociona más, sin duda me ha llegado a lo más profundo de mi y estoy muy de acuerdo con Óscar.
ResponderEliminarUn beso y que bueno es volver a leerte, lo echaba de menos! <3
Increíble, muy intenso. No dejes de hacer magia nunca.
ResponderEliminarAy, peque, cómo emocionas
ResponderEliminarHaces llegar adentro y tocar la fibra que sólo las palabras pueden tocar, sigue compartiendo letras así, te seguiremos allá donde quiera que escribas
un besito
www.humanfilters.blogspot.com
El destino es el que decide el futuro, las balas ya están en el aire por mucho que desearas que no fuese así, pero muchas veces todo cambia, el futuro es incierto a la vez que cierto, confía siempre en ti y en lo que quieres a la larga, todo se puede con esfuerzo y paciencia.
ResponderEliminarEn mi caso la niña me ha señalado con el dedo y ha soltado una lágrima y dos palabras: "lo sabía".
ResponderEliminarCasi preferiría el abrazo