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"Y es que el universo siempre conspira a favor de los soñadores"

miércoles, 10 de junio de 2015

Fila 16, butaca 3. Gracias.

Truena mientras llaman a la puerta, y no sé si temerle a la tormenta o a que vuelvas -y te instales.-

Se mojan las futuras despedidas mientras a mí me atrapa, me muerde y me escupe la culpa.

Me río del “yo” de antes que se lanzaba al vacío. El mismo que bailaba al borde de cada uno de tus precipicios y jugaba a pescarte la luna en los charcos de esta ciudad. Me río yo de él, de sus fuerzas, de sus ganas, de su risa. De su irracional i n o c e n c i a.
Me río yo de mí. 
De mi “yo” del pasado, de aquél que se ahogó queriendo salvar hormigas de barro.

Truena.

Los cristales tiemblan, las paredes se agrietan y ella se desploma, se deja caer. Deja de ser mientras choca contra el suelo o la realidad y su mente se expande, vuela. D e s c o n e c t a. 

Esta vez no hay últimas oportunidades, ni gatos en los tejados, ni alfombras que despeguen y te pongan a salvo. Esta vez no hay nada, y por no haber no hay ni hogar, ni chimenea, ni abrazos que sostengan.

Pasen y tomen asiento, la realidad está a punto de empezar.