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"Y es que el universo siempre conspira a favor de los soñadores"

jueves, 28 de mayo de 2015

Mayo al otro lado de la almohada.

Fuiste la flor más bonita que jamás regalaré.
La espuma que disfraza mi sonrisa y reposa, divertida, en un simple café.
La tilde del “tú”,  la mitad de un “nosotros”, mi mejor piel, mi “yo” nacarado.
Fuiste la mentira que olvidé, la excusa que encontré, la mejor manera de volver a ser.

Fuiste la baldosa fría, el beso de mis rodillas a mi peor miedo, mi nausea preferida, el trago helado de después.
La confesión de lo absurdo, el crimen imperfecto, el error enmendado, el abrazo que sostuvo. Las ganas de volver.

Fuiste noviembre y sus largas esperas, enero y su frío en la espalda. Fuiste febrero y su falta de tiempo, marzo y sus besos, abril y sus comienzos.

Y hoy, precisamente ahora, eres un bonito mayo a punto de estallar en mil primaveras. Un mayo dormido, un mayo apagado, un mayo tranquilo.

El mayo al que todos los poetas roban versos a traición, al que cantan cuando componen, al que encuentran cuando se dejan, cuando se abandonan, cuando mueren para renacer después. Y yo, esta noche, tan sólo soy una más, una de tantas. Una de ésas que sufren de insomnio; de un bonito insomnio por verte respirar.

jueves, 14 de mayo de 2015

Blanco neutro.

Mis peores pesadillas no están hechas de callejones oscuros ni asesinos en serie.
No huyo de nadie, no hay bestias que me ataquen ni si quiera casas abandonadas en las que refugiarse.

Mi peor pesadilla deja a un lado las bandas sonoras tétricas, las cuchillas de Freddy y la sangre a raudales. Los monstruos sin cabeza y los payasos sin sonrisa.

Mi peor pesadilla nace, crece, se reproduce y muere en el mismo habitáculo de paredes blancas. No me escondo debajo de ninguna mesa porque no hay nada, absolutamente nada a mi alrededor. No grito porque, aunque me desgarrase la voz, el eco del silencio sería lo único que perturbaría mis oídos. No corro porque sé que no hay lugar en el que ponerse a salvo de uno mismo, tampoco me molesto en escaparme y huir de alguien porque ese alguien no existe, en verdad no tengo de quien hacerlo.
Mi peor pesadilla simplemente se resume a mi propio yo encerrado en un universo puramente blanco, suspendido en la idea del silencio, del naufragio más primitivo, de la soledad más punzante.

Él dice que los miedos están para afrontarlos, para mirarlos de frente y superarlos.

Dice que es tontería eso de sobrevivir pensando en el mañana, que me deje de cuentos chinos y me centre en vivir el presente. Que esto ha estado muy bien, pero hay demasiado mundo ahí fuera esperando a ser descubierto y que yo no tengo que tenerle miedo a nada.
Una noche como hoy, también me dijo que el blanco le parecía un color especial. Que era la simple ausencia de colores materiales pero, a su vez, la compleja unión de todos los colores luz.

Lo definía como “curioso”, y yo luchaba por no perderme de nuevo entre sus mil definiciones sobre la vida, el ser y el existir.

Decía que el blanco era nada. Que el blanco lo era todo.
Que no entendía si tenía pánico a la sensación de nada o a sentir que los humanos partimos de la base del todo.
Lo definía como “irracional”, y bueno yo… yo desde que tengo uso de razón juego a llenar de letras cualquier fondo blanco con el fin de que los sueños no tomen forma.                 

Y me  atrapen.