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"Y es que el universo siempre conspira a favor de los soñadores"

domingo, 25 de enero de 2015

Soy lo que soy, no lo que debería ser

Soy lo que soy.
Un cúmulo de errores que nunca aprenden.
El huracán que derriba casas sin tejados. Con sus gatos y sus piedras.
A veces me encuentro, pero no siempre que me pierdo.
Guardo tus cartas, memorizo tu letra.
Beso tus pasos.
Piso tus huellas.
Bailo sobre tu tumba y empiezo a llover.
Uno mis lunares y me coloreo.
Mis 3 pecas amenazan con desaparecer y el lunar del dedo meñique del pie se ríe de mí con sarcasmo, con sorna.
Auto medico mis lágrimas.
Drogo mis instintos.
Engaño mis vicios y bebo mis penas.
El insomnio me padece desde que no me dejan soñarte.
Me endeudo con tu espalda cada noche y soborno a la luna para que me deje besarte.
Soy la séptima vida de un gato, la última costilla.
La espina en tu garganta, el agua que te salva.
Un paraguas que se abre.
Una escalera que se cierra.
Un espejo que se rompe.
El vaso en el que te ahogas, el salvavidas de tus noches.
El alcohol que te calma.
La resaca que te mata.
Soy el cántaro de la lechera, el soplido de un lobo.
La tostada que se cae.
La moneda que se pierde.
Los sueños que se rompen cuando la realidad pisa fuerte.

No me quiero. Tienes razón.
Tampoco dejo que me quieras.
Tienen razón.
Me auto regalo libros en blanco que ayer escribí, mañana dedicaré pero nunca leeré.
Pierdo aquello que quiero.
Rompo todo lo que toco.
Alejo todo lo que amo.
Y abrazo mi propio cactus envenenado.

Me angustian los bolígrafos sin tinta y los semáforos en ámbar.
Me transformo en clavo y luego ardo sólo para que me agarres con fuerza.

Soy lo que soy, no lo que debería ser.

Me anudo a tus cuerdas.
Olvido tus dedos.
Asesino a la suerte. Lloro tu muerte.
Me ato a la cama y brindo por la libertad de perderte.

Ahuyento a mis ángeles.
Devoro tus miedos.
Emborrono los míos.

Te miento.
Me descubro.
Te alejo, de nuevo.
Me miento, me destruyo.
Me descubres.

Me salvas. 
   Me endeudo. 
Te quiero.

jueves, 15 de enero de 2015

Fuimos la combinación más bonita abocada al fracaso.

"Tú eras madera y yo tu charco y ambos prometimos navegar en la sombra de tus piernas.

-Llegué tarde a la única cita que me prometió la vida contigo y ahora vago entre los andenes de las            idas y venidas, perdido en el de los besos en las comisuras y las miradas de reojo.-

Y yo fui tu perdición y tú mi excusa…

-Vivo de lo que la gente regala a alguien que aún forma parte del mundo. O de lo que les sobra y no quieren, de lo viejo y que ya no necesitan. 
De las cosas que se tiran,  los trastos que sólo ahogan y las medias tintas que abruman conciencias.-

… y ambos acabamos podridos por dentro y por fuera,

-Duermo en los asientos del primer tren que se tercie, del que no me cobre por las heridas sin curar y no ponga quejas a mi equipaje de mano. Un kilo de sal que nunca cura y la canción desesperada de alguien que también llegó tarde a su cita.-

…por eso de que la madera y el agua no hacen buenas migas."

jueves, 8 de enero de 2015

Vaya usted a la mierda.

Saca un cigarro de su pitillera mientras una voz le saca a él de su eterna ausencia y anuncia, sin prisa, que su tren esta vez no realizará parada. Y entonces Troya arde un poco más y Grecia se queda callada. Roma se viene abajo y Moscú se pierde en la sopa helada a la que alguien canta una canción ya olvidada.
Riad reza y París tiembla.
En Gatwick aterrizan de emergencia y Canadá siembra estrellas fugaces en el cielo de Irak.
En Boston quien no corre vuela y Rusia parece lavarse las manos una vez más.
Hong Kong protesta, Wall Street cierra con fuertes ganancias, el Dow Jones sube un 1,23% y el mundo, queridos, el mundo se va un poco más a la mierda.


Suerte que a falta de París siempre nos quedarán tus sábanas de sábado o tus sábados entre sábanas, ya no sé lo que digo y mucho menos, lo que escribo.

sábado, 3 de enero de 2015

Éramos tóxicos al tacto y matábamos por rozarnos.

El problema no era que le temieses a los días grises, a las tormentas de verano y a los inviernos demasiado fríos. A las sábanas sin olor a vainilla, los quicios sin besos y alfombras sin vuelos. 
He de aclarar que tampoco me hacían recular las manos de aquellos que, sin saberlo, tiraban del carro que ya había sido estrellado en una de esas curvas que tanto odié. No tendrías ni que haber repudiado a aquellos que intentaron sacarme cuando todo empezaba a arder, cuando las ventanas se resquebrajaban una a una rindiéndose al juego, y yo me limitaba a sonreír con un par de nostalgias rodando por las mejillas mientras me despedía de mí y mis dudas echando el seguro a la puerta de atrás.

El verdadero problema vino cuando empezaste a ser unos miedos con persona y no al revés. 

Cuando sin saber hacia dónde andar te elegí a ti como Norte y las vueltas en círculos hicieron de esto algo más vomitivo y mareante. 
Perdidos en el sur de unas tierras que ya no visitaremos te elegí a ti de nuevo como brújula y faro y acabé sumergida en el fondo de tus miedos al no recordar que ninguno podía ser luz de nadie ya que nos fundimos hace un tiempo. Y tuve que dejarme de brújulas y  guías por eso de que tus campos magnéticos se voltearon de nuevo. -Nunca entendieron de magias.-

Y la verdad es que acabé más perdida que nunca, más sola que la una y más jodida que ninguna.  

Con la única certeza de que todo dura lo que tiene que durar por mucho que quieras seducir al destino o a su acompañante El tiempo. 
Que si segundas partes nunca fueron buenas las cuartas sólo son "cuartas" sin "u" narrando tontos suicidios.Y que simplemente hay almas destinadas a pisarse los pies en un único y último baile, a escuchar tan sólo el lado A de una cinta de casette, y obligadas a recordar esos viajes al futuro desde la misma almohada. 

Que esta vez llueve sobre mojado y mis ganas ahogadas ya sólo luchan por una bocanada de aire fresco.

Y es que tú siempre has sido algo cartón y yo demasiado "lluvia".
Torrencial.