"Tú eras madera y yo tu
charco y ambos prometimos navegar en la sombra de tus piernas.
-Llegué tarde a la
única cita que me prometió la vida contigo y ahora vago entre los andenes de
las idas y venidas, perdido en
el de los besos en las comisuras y las miradas de reojo.-
Y yo fui tu perdición
y tú mi excusa…
-Vivo de lo que la
gente regala a alguien que aún forma parte del mundo. O de lo que les sobra y
no quieren, de lo viejo y que ya no necesitan.
De las cosas que se tiran, los trastos que sólo ahogan y las medias
tintas que abruman conciencias.-
… y ambos acabamos
podridos por dentro y por fuera,
-Duermo en los
asientos del primer tren que se tercie, del que no me cobre por las heridas sin
curar y no ponga quejas a mi equipaje de mano. Un kilo de sal que nunca cura y
la canción desesperada de alguien que también llegó tarde a su cita.-
…por eso de que la
madera y el agua no hacen buenas migas."
Ya con el título me has ganado. Me encantó. Un beso muy muy muy grande.
ResponderEliminarEs muy buena la idea metafórica, porque la madera en el agua se pudre.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, esa era la idea principal de la entrada. El acabar podridos por mucho que se quisieran salvar las cosas.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí y lo dicho, a "deshumanizarnos" y ser algo más personas. Un besito Paloma :)
EliminarA veces encuentro lugares donde me siento tranquila, clara y parece que hubiera sido eso lo que estaba buscando.
ResponderEliminarPrecisamente eso me pasa con tu espacio.
Es bello.
Te sigo!!
No hacen buenas migas y tendrán un final apocalíptico, es cierto.
ResponderEliminar¿Pero y lo bien que huele cuando se mezclan? ¿Y lo bonitos que son juntos? Quedan los recuerdos de veranos y bosques, juntos, en una tormenta de agosto. Y después del golpe, no volveréis a estar podridos por fuera. Ni por dentro.
"Y yo fui tu perdición y tú mi excusa…" Sin palabras. De verdad.
Un besito, preciosa :)
Me hiciste pensar en que somos trozos de madera en un mundo de agua y que vivir no consiste más que en gastarse hasta perecer. Algunos son más permeables y viven la vida con tanta intensidad que no duran mucho, otros sin embargo, son más inmunes a la humedad y pasan por esto como si no fuera con ellos, con una distancia y frialdad que hacen preguntarse si de verdad han vivido. Lo normal es que la mayoría andemos por algún punto intermedio, buscando con cierta diginidad cierta resistencia sin olvidarnos de lo que realmente es vivir, aunque algunas veces nos demos cuenta que parecemos olvidarlo
ResponderEliminarUn beso, ha sido un placer también encontrarte y leerte
Muy bonito, gracias!!
ResponderEliminar"y yo fui tu perdición y tú mi excusa".
ResponderEliminarSimplemente genial.