El problema no era que le temieses a los días grises, a las
tormentas de verano y a los inviernos demasiado fríos. A las sábanas sin olor a
vainilla, los quicios sin besos y alfombras sin vuelos.
He de aclarar que
tampoco me hacían recular las manos de aquellos que, sin saberlo, tiraban del
carro que ya había sido estrellado en una de esas curvas que tanto odié. No
tendrías ni que haber repudiado a aquellos que intentaron sacarme cuando todo
empezaba a arder, cuando las ventanas se resquebrajaban una a una rindiéndose
al juego, y yo me limitaba a sonreír con un par de nostalgias rodando por
las mejillas mientras me despedía de mí y mis dudas echando el seguro a la
puerta de atrás.
El verdadero problema vino
cuando empezaste a ser unos miedos con persona y no al revés.
Cuando sin saber
hacia dónde andar te elegí a ti como Norte y las vueltas en círculos hicieron
de esto algo más vomitivo y mareante.
Perdidos en el sur de unas tierras
que ya no visitaremos te elegí a ti de nuevo como brújula y faro y acabé
sumergida en el fondo de tus miedos al no recordar que ninguno podía ser luz de
nadie ya que nos fundimos hace un tiempo. Y tuve que dejarme de brújulas y
guías por eso de que tus campos magnéticos se voltearon de nuevo. -Nunca
entendieron de magias.-
Y la verdad es que acabé más
perdida que nunca, más sola que la una y más jodida que ninguna.
Con la única certeza de que todo
dura lo que tiene que durar por mucho que quieras seducir al destino o a su
acompañante El tiempo.
Que si segundas partes nunca
fueron buenas las cuartas sólo son "cuartas" sin "u" narrando tontos suicidios.Y que simplemente hay almas
destinadas a pisarse los pies en un único y último baile, a escuchar tan sólo el
lado A de una cinta de casette, y obligadas a recordar esos viajes al
futuro desde la misma almohada.
Que esta vez llueve sobre
mojado y mis ganas ahogadas ya sólo luchan por una bocanada de aire fresco.
Y es que tú siempre has
sido algo cartón y yo demasiado "lluvia".
Torrencial.
Cuánto me gustan las lluvias torrenciales. En el fondo, todos tenemos una tormenta dentro, estoy segura. Sólo son necesarias algunas nubes para ponernos en marcha. Y creo que esa persona de la que hablas, fue tus nubes. Lloviste mucho. Y después de todos esos miedos y oportunidades, hay un arcoiris esperándote :)
ResponderEliminarUn besito.
Si te pierdes, no mires brújulas que pueden ser influidas por distintos magnetismos; mira a las estrellas, que siempre estarán fijas para ti. Un beso muy grande :).
ResponderEliminarEs un hermoso texto, como lo lea, como lo sienta, maravilloso.
ResponderEliminarMe alegra mucho haber encontrado este lugar donde las palabras toman un sentido distinto, donde parecen siempre poemas resplandecientes.
Saludos reina!
Muchas gracias a cada uno de los tres por dejar vuestros comentarios, no sabéis lo genial que es entrar para escribir algo nuevo y ver que hay alguien al otro lado leyéndote con tanto cariño, así que lo dicho, muchas gracias por vuestras palabras.
ResponderEliminarUn besito muy muy grande ;)
Tu manera de jugar con las palabras me han hecho ver, de nuevo, cuánto me queda por aprender. Es un placer leer tanto sentimiento de una manera tan agradable.
ResponderEliminarCon tu permiso, me he instalado por aquí.
Un abrazo.
Sentimos de forma parecida y me ha gustado no encontrarme sola en este viaje sin brujula.
ResponderEliminarPorque yo tambien la pierdo,
porque nunca deberiamos dejarsela a nadie...
porque no podemos ser más que la luz de nosotros mismos.